10 de junio de 2015

Deportes de riesgo.

¿Sabéis esa típica chica en peligro de extinción, que ama los deportes de riesgo?
Hoy os puedo decir que la conozco, que para peligro ya lo eran sus ojos verdes;
los cuales si te acercabas muy cerca,tan, tan cerca que no sabes si podrías diferenciarlos de un acantilado.
La chica del moño torcido y mal hecho, que para despeinada ya estaba la vida.
La que amaba leer libros llenos de verdades y llena de pensamientos que aún nunca ningún poeta había sido capaz de escribir.
Chica la cual se sentaba en la esquina de un bar y veía pasar a la gente, mientras escuchaba lo ocupadas y horribles que eran sus vidas.
Cuando por su cabeza lo único que pasaban eran las ganas de hacer alpinismo entre la distancia de su cuello a su oreja, siguiendo por el surf que se tramaban sus lenguas en un simple beso, continuando por las ganas de hacer ala delta en sus pensamientos deteniendo las agujas del reloj, luego hacer parapente desde sus clavículas hasta sus caderas pasando por su pecho y haciéndole saber lo que es estar vivo.
Ella quisiera regalarle el mundo entero, pero sólo podía regalarle su amor eterno.
Era la típica chica que amaba los deportes de riesgo y él era su mayor riesgo.
Que nadie conseguía subirle la adrenalina como él lo hacía.

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